lunes, 10 de septiembre de 2012

Estar emocionalmente agotada.

Hay veces que solo se tienen ganas de escapar. Ganas de huir, tú sola, a lo loco. Con tu Ipod , algo de dinero y tú cámara en la mochila. Con una sudadera calentita, unos vaqueros y unas converses. Perderse en un lugar desierto, alejado del mundo. Irte a un bosque sueco en Noviembre. Sentir como el aire helado te entra de pleno en los pulmones. Sentirte lo más unida posible a la naturaleza escuchando sus peculiares sonidos. Sentir frío, mucho frío.
 Reír, olvidarse de las cosas y correr bosque a través. Correr sin parar, sintiendo tu corazón acelerándose a cada segundo, correr hasta sentir que no puedes respirar. Decirte que puedes seguir más y acabar tumbada en la gélida hierba. Respirar y sentir la sangre hirviendo por tus venas, calentándote. Expulsar grandes cantidades de vapor de agua, satisfecha.
 Contemplar verde, varias tonalidades de verde en el paisaje. Buscar diminutos rayos de sol que se cuelan entre las hojas de los árboles. Sentir la húmeda oscuridad y suspirar. Apoyarse en un tronco, sentada y cogerse las rodillas con ''Broken'' de Secondhand en los oídos.
 Dejarse llevar por la música, llorar, tener frío y sentirse sola. Dejarse atrapar por el bosque, por su frialdad y humedad. Gritar, sentirte agotada.. desahogarse sin tener ganas de  volver al mundo.  Quedarse allí para siempre, sin problemas, complicaciones, motivos..
Tan sólo yo, yo contra todo. Contra el mundo.

What I see.

Aún recuerdo esas ganas de llorar. De llorar de impotencia , de no poder hacer nada para hacerme oír. De estar andando por un puente a altas horas de la madrugada, con un vestido blanco y entera despeinada.  Esperando que vinieras y me entendieras. Que ya lo hubieras comprendido todo, que por fin te habías dado cuenta de que te quería.
 Pero no, seguí paseando sola, preguntándome millones de cosas. Con el mundo al revés en mi cabeza. Pausando cada momento nuestro, rebobinando , disfrutando tus sonrisas y con lágrimas en los ojos. Ya he aprendido, ya no me importa. Ahora soy vulnerable, mucho más que nunca, porque ahora tú lo sabes. Ya sabes las noches en vela que me pasaba pensando en ti, lo sabes, ahora puedes hacerme más daño que nunca, te he concedido ese poder, mi destrucción.
 Y aquí estoy, esperándola, cansada. En un puente, solitaria, llorando, sabiendo que no llegará nunca, ni tú tampoco.